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CRÍTICA

 

 

• 1936
Cuadro espléndido el de Molina, de una fortaleza vital, que nos hace ver cumplidas – y aún más de lo que pensábamos – las esperanzas que en este pintor pusimos al conocerle, hace unos años.

Manuel Abril – Blanco y Negro - El Concurso Nacional de Pintura.

 


 

• 1936
Molina, orientado a la composición, se logra también, óptimamente, en el retrato. Siente la necesidad de agrupar, de armonizar y de sintetizar sus visiones, sin olvidar, no obstante nada de los elementos esenciales, confiándose más al color que al claroscuro. Muestra un gran conocimiento del dibujo y de la anatomía, que forman la base de todas las composiciones, y sus trabajos preciadísimos adquieren, como consecuencia de este estudio, una gran seguridad plástica sin artificios forzados ni aún en los detalles.

Gaceta de Bellas Artes nº 453.

 


 

1943
Con este retrato, que su autor denominó felizmente “La Bella”, queda Jesús Molina incorporado, según mi criterio, a la gran familia española de pintores; para ser elemento indispensable de cita cuando se hable de arte, de buen arte, de pintura recia y seria, eslabón afortunado de nuestra historia estética de hoy. Creemos firmemente que Jesús Molina es un pintor de autoridad e independencia estética suficiente para ambicionar recompensas más altas que la que el fallo oficial concedióle este año.

Prados López José – Pueblo – “Un retrato de Jesús Molina”.

 


 

1948
Jesús Molina ha traído de nuevo a las miradas de la sorpresa ajena su apasionado afán de lo diverso y su ansia de disconformidad infinita ….. , acusa una vez más “ese no darse a nada por quedarse a todo”, que en el fondo no deja de significar aristarquía estética.

José Francés – “Singular en lo plural” – (29-2-1948).

 


 

1948
Jesús Molina – Primera Medalla en Dibujo – ha acreditado numerosas veces la firmeza y la elocuencia de su pintura, en la que el buen dibujo está patente siempre. Su obra “Músicos populares” es un carbón muy suelto de técnica, bien visto de carácter.

Bernardino de Pantorba – Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.

 


 

1954
Molina es un modelador de los colores, que ha pintado “soberbios retratos” y para quien dibujo y pintura son “registros de opuesta resonancia”, consiguiendo una gran maestría tanto con su cromatismo constructor “a la veneciana”, como con las tizas y carbones, de destreza comparable “a los más elegantes diseñadores europeos”.

Moya Huertas Miguel – Estafeta Literaria.

 


 

1963
Quienes hemos asistido desde hace años a la gigantesca lucha solitaria de Jesús Molina con la materia y el color, le hemos visto avanzar hasta la madurez pasmosa de este momento de síntesis. No hay nada, absolutamente nada del saber de un gran pintor desde el Renacimiento hasta ahora que no se descubra en cualquiera de sus cuadros.


A mi juicio, es uno de los primeros pintores europeos que sin romper la referencia al mundo exterior está eludiendo por completo cualquier conmutación intencionada. Su pintura no es abstracción, ni tiene mensaje ni recurre a la anécdota. Es esencialmente el mundo expresado en forma y color, como si la intimidad y la intención no existiera. En sus mejores cuadros no cabe adivinar nada humano. Sin embargo las cosas que pueblan el mundo están presentes pero sin referencia a la intimidad, traspuestas a un nivel exclusivamente pictórico.

Tierno Galván -Exposición Molina 63 – Sala San Eloy (Salamanca)

 


 

1963
Haber llegado a la madurez no es, para Jesús Molina, haber llegado a la repetición; pero quedé sorprendido al ver – en pleno otoño – sus cuadros vestidos de primavera. Molina había inundado de luz y color su pintura. Por encima de toda consideración formal, esta es la novedad, la invención de un color que en música corresponde a la escala más alta del diapasón. Se nota que esta es la puerta por donde Molina escapa a la realidad, entrando en contacto con un mundo orgiástico de pura invención.


Quedé un poco admirado al pensar que este hombre sostenía en sus manos todos los resortes del “bien pintar”, todo el academicismo del mundo y lo tiraba por la ventana para realizar una pintura bastante heterodoxa; en efecto Molina se sitúa equidistante de los extremos de la vanguardia y del academicismo.


Con un baúl de recompensas al hombro, no quiso nunca morder la podredumbre de la vistosa manzana, prefirió ser él, cambiar, modificar su arte, antes de entrar en un Parnaso donde se olía a cadáver. Fiel a esta esforzada y no poca caballeresca postura, Molina se nos aparece una vez más, brotando de su intimidad con su obra, espejo donde se refleja su inquietud de pintor eternamente joven.

Antonio Lorenzo – Exposición Galería de Arte Toisón (Madrid).

 


 

1964
Jesús Molina es dueño de una técnica sólida, de formas fuertes y compactos volúmenes. Prefiere Molina los rasgos personales, los rictus como tallados, las aposturas aplomadas. Y en congruencia con estas formas, un color también denso, de fuerte empaste y claroscuro muy plástico.

Camón Aznar José – Exposición XXV años de Arte Español.

 


 

1965
Buen pintor es Jesús Molina, quien se presenta por primera vez en exposición individual en esta ciudad. Se trata de un pintor concienzudo, de oficio sensitivo e inteligente, de visión adecuada con rigor, vigoroso en el dibujo, óptimo en su jovial colorido y en su tónica general. Son sus temas de figura interpretados con mayor o menor ceñimiento formal, pero en ellos todo se halla en su lugar y la correlación de valores establecida con perfecta justeza. Se revela en su quehacer el producto de una “seria disciplina” que, con todo y el lirismo cromático, que despliega en todas sus gamas, mantiene las cosas en su lugar, ambientando toda la composición en rica y profusa armonía. Los bodegones se desarrollan en idéntico optimismo en su color, gracia y gusto en su composición.

Juan Cortés – La Vanguardia Española.

 


 

1968
Jesús Molina ha dejado una impagable lección de pintor y una obra sencillamente excepcional.
Tuvo Jesús Molina una vida inquieta, andariega e indagadora de la relación entre la vida y el arte, sin que ninguna determinación extraña a su mensaje desviara su afán.
Como director de este Club, y en nombre del director del diario Pueblo, me complazco en presentar este sorprendente, convincente, magistral conjunto de la obra de Jesús Molina que al menos entendido le hará advertir enseguida las influencias, vecindades y sincronizaciones en medio de las cuales, anhelante y segura, ha caminado una personalidad que ha terminado por hallar una huella consistente en la mejor pintura del siglo.

Damaso Santos – Exposición Homenaje – Club Pueblo.

 


 

Diccionario crítico del Arte Español Contemporáneo
Jesús Molina. Pintor de diestro dibujo y color atenuadamente fauve. Colorista espléndido, sensitivo, pintor de bodegones de marcado matiz impresionista, que son, posiblemente, lo mejor de su obra. Esta es, en general, una pintura intimista, apta como pocas para caracterizar interiores sosegados.

Antonio Manuel Campoy.

 


 

Diccionario de Pintores y Escultores Españoles del siglo XX
Molina García de Arias, Jesús. Realizó una obra impresionista en la que destacan sus excelentes bodegones, que dan la medida exacta de su sensibilidad y su talento pictórico.

Editorial Forum Artis.

 

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